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Artículos de Mónica Díaz Calderón

Las cadenas de la codependencia

Muchas personas viven la enfermedad de la codependencia sin siquiera saberlo. El desconocimiento se convierte en aliado del dolor, del sufrimiento, del aislamiento; también del desamor, del abandono, del irrespeto.

La codependencia es una adicción como cualquiera otra. El codependiente se olvida de sí mismo para centrarse en los problemas y situaciones que tienen que ver con los demás (un familiar, su pareja, un amigo, etc.), se esclaviza, se encadena.

El codependiente confunde la obsesión y adicción que siente por el otro con un inmenso amor que todo lo puede. Al preocuparse del otro, olvida sus propias necesidades y cuando la otra persona no responde como él espera, éste se frustra, se deprime e intenta controlarla aún más.

En consecuencia, el codependiente carece de la habilidad para poner límites en sus relaciones y sencillamente todo lo perdona. De esta manera termina permitiendo irrespeto, excesos y abusos por parte del otro. El codependiente no vive para sí mismo, vive para el otro y por el otro. El codependiente vive en la duda, la confusión y el miedo, sintiéndose responsable y culpable de la situación, del otro y de las consecuencias.

La codependencia se origina en la niñez, dentro de ambientes familiares disfuncionales, insanos. Es un proceso inconsciente que se desarrolla como mecanismo de defensa que pretende aminorar el conflicto y facilitar las tensiones dentro de la familia en el corto plazo, con contraproducentes consecuencias a largo plazo, pues lo único que se logra es evadir la situación, permitiendo que al paso del tiempo las situaciones conlleven a consecuencias más graves.

La codependencia es un conjunto de conductas aprendidas y heredadas por los miembros de un núcleo familiar a fin de sobrevivir en una familia que experimenta una gran tensión y pena emocional causada, por ejemplo, por alcoholismo u otra adicción de un miembro de la familia, abuso sexual o de otro tipo dentro de la familia, o una enfermedad crónica de un familiar, o situaciones externas a la familia, como la pobreza, o varias de las anteriores.

Algunas características manifiestas de la codependencia son: conducta controladora, desconfianza, perfeccionismo, evitar hablar de los sentimientos, problemas de intimidad, comportamiento protector, hipervigilancia o malestar físico debido a estrés. A menudo la codependencia va acompañada por depresión, ya que el codependiente sucumbe ante sentimientos de frustración o tristeza extrema por su incapacidad de realizar cambios en la vida de la otra persona (o personas), de su propia vida, de las situaciones y puede llegar también a producir ataques de pánico en quienes la padecen.

La consecuencia lamentable de esta enfermedad es vivir en ausencia, en negación de sí mismo. La codependencia es, perderse a sí mismo para sufrir en función de otro. El codependiente reclama lo que no es capaz de darse a sí mismo, respeto, amor, atención, compañía, el codependiente se vuelve absolutamente impotente ante la toma de decisiones y la generación de cambio.

Sin pasarnos a la egolatría y la desconsideración hacia los demás es importante detenernos a pensar en nosotros mismos y respondernos ojalá con frecuencia en: lo que me hace feliz, lo que necesito, lo que me gusta, lo que quiero, cuales son mis prioridades, cuales son las cosas que avivan el compromiso conmigo mismo y con mi vida.

Los individuos que sufren codependencia pueden buscar asistencia a través de terapias individuales y de grupo.

Mi labor consiste en informar, generar consciencia y procesos de cambio sobre lo que yo llamo, Enfermedades Emocionales. Si consideras que algo de lo aquí mencionado sucede en tu vida y no has podido resolverlo, busca ayuda, toma la decisión de ser feliz y logra que la vida sea para ti lo que tu esperas de ella.
No lo aplaces más. ¡Libérate! Tú debes estar SIEMPRE en primer lugar. Está bien ocuparte de ti mismo. No hay porque sentirse culpable. El tiempo es HOY, AQUÍ Y AHORA. ¡Sé el milagro maravilloso que quieres ser¡ ¡Ve al encuentro contigo mismo!
¡Sólo hazlo! Será una experiencia agradable y sorprendente.

El impacto del Suicidio

Vida y muerte. Los opuestos, paradójicamente también los complementos. Son como el día y la noche. Uno comienza cuando termina el otro o viceversa. A veces nos aterrorizan, otras veces nos deleitan. Finalmente cuando nos damos la oportunidad de profundizar, descubrimos que hacen parte integral de lo mismo, la existencia.

Lo importante es aprender de las dos. Sus mensajes claros son aceptación, transformación, acción. El ciclo transcurre, avanza, evoluciona, trasciende. En último término lo que debe contar es sí somos consecuentes con nuestras propias expectativas, si somos honestos y leales a nuestros pensamientos, palabras, acciones, sentimientos, si nuestra valía personal nos conduce al mejoramiento continuo de nuestro propio ser, de las personas y el entorno al cual pertenecemos. Vida y muerte en el ser humano, la familia, la sociedad, la naturaleza…. Todo cuanto es concebido en los dinámicos escenarios de la creación.

Uno de los temas neurálgicos hacia los cuales nos conduce el movimiento pendular entre la vida y la muerte es el suicidio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de un millón de personas se quitan la vida cada año, es decir, todos los días un promedio de tres mil seres humanos deciden acabar con su existencia, - Diario “El Tiempo” jueves 10 de septiembre de 2009 -.

Esto nos conduce a la dolorosa reflexión de que diariamente tres mil seres humanos viven abrumados, agobiados por sentimientos de miedo, pánico, ansiedad, frustración, resentimiento, abandono, desamor; con la ilusión, algunas veces la esperanza que alguien los escuche y ayude a mitigar su dolor, su agonía.

Algunos tal vez, un día corrimos el riesgo de hacer parte de esas estadísticas, otros tal vez hacemos hoy parte de ellas, otros posiblemente pensamos … eso está muy lejos de que me pase a mí, y otros cuantos tal vez recordamos con tristeza que si hubiéramos estado más despiertos, más vivos, menos indiferentes y menos ocupados en alimentar nuestro ego, ocupados por el ruido y las exigencias personales, profesionales y sociales; posiblemente habríamos servido de recurso para que un ser amado, un amigo, un conocido, continuará vivo.

¡Escuchar….! Es tan simple. Es lo único que necesitamos hacer para contribuir a la disminución de estas estadísticas tan lamentables. …. ¡Escucha ¡ …. Es posible que hoy alguien necesite de ti.

Rodrigo Córdoba, presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, explica que este problema de salud pública es la tercera causa de muerte general en personas entre 15 y 44 años en todo el mundo. - Diario “El Tiempo” jueves 10 de septiembre de 2009 -

Mueren personas jóvenes, en edades donde en términos generales consideramos se vive feliz, productivamente. Vivimos esquemas de aparente equilibrio, mostramos al mundo que “Todo está bien”, y sólo dentro de cada uno de nosotros sabemos lo que está pasando, a nosotros mismos no nos podemos engañar. Son herencias socio-culturales que nos inhiben a buscar ayuda oportuna y cuando ya no podemos más, tomamos la desafortunada decisión, impulsada por una inadecuada administración de los sentimientos y emociones generados por los diferentes eventos de nuestra vida.

Mi compromiso con la Vida y Escuchar es total, he conocido casos concretos donde el suicidio fue el desenlace y otros tantos donde se alcanzo a dar alivio y mostrar un camino nuevo de esperanza y florecimiento.

Considero que la educación ha avanzado en muchos aspectos, es hora de educarnos y formarnos también emocionalmente, hoy día, desde la experiencia, ese es mi compromiso. Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia siendo más diligente y atento en nuestros propios escenarios.

¡ Actuemos ¡ Dejemos de ser pasivos, de sólo decir… pobrecito ó… que Intenso. Dejemos de pelear, juzgar, criticar. Practiquemos el escucharnos unos a otros, el escucharnos a nosotros mismos, eso facilita las condiciones para VIVIR y ser feliz.
Sonríe, disfruta y celebra la vida. ¡ ESCUCHA ¡¡¡¡¡

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Mónica Díaz es miembro SILVER de la Red Mundial de Conferencistas